miércoles, 30 de enero de 2013

MAD WORLD


30 de enero, día internacional de la paz. Y yo me pregunto... 
¿No deberíamos celebrar la paz cuando la hayamos conseguido?


El olor a metralla, los gritos de ayuda, los llantos y ruido de disparos son el día a día de todas aquellas personas que aún viven en guerra. Actualmente, a 30 de enero de 2013, hay más de 30 países en el mundo en esta situación, ni siquiera se sabe el número exacto. ¿Hay algo que celebrar?


Este, solo es un ejemplo más de la hipocresía del mundo occidental.

lunes, 28 de enero de 2013

Esa sensación.

Estás tirada en cama pensando en todo lo que tienes que hacer hoy y, de repente, como si nada pero a la vez todo, la lista de reproducción en modo aleatorio salta a una nueva canción.
No tienes ni idea de biología, pero se te activa el hipotálamo al escuchar el primer acorde. Tu cuerpo se altera, reconoce ese sonido. El sol entra entonces, por la ventana, más fuerte que en toda la tarde, y tus dientes salen a recibirlo, has cerrado los ojos, se te ha puesto la piel de gallina y te das cuenta de que has encogido los dedos de los pies.
Esa canción. La has escuchado un millón de veces. Pero hoy, después de tanto tiempo suena diferente, suena brillante, a mar, pero suena dulce a la vez, tan amarilla como siempre. Trae consigo una lluvia de recuerdos, de sueños que comienzan flotar a tu alrededor. Eres débil en ese momento, estás indefensa. Todo te ha cogido tan por sorpresa que se te nubla la vista. Es inevitable

Suena como sonaba aquel momento. Perfecto.

martes, 3 de abril de 2012

La separación de hermanos no es una separación cualquiera.
Como el superviviente de una catástrofe que se encuentra ante un mundo irreconocible. El horizonte ha cambiado de lugar. El sol tiene otro color. Nada queda de aquello conocido. Ha sobrevivido; pero estar vivo no es lo mismo que vivir. No es extraño que los supervivientes de semejantes catástrofes suelan desear haber perecido con el resto de la gente.
Yo lo veo así, podríamos considerar a los hermanos dos almas que se han repartido un conjunto de características genéticas. Así, quien pierde un hermano, lo que pierde es media alma. Hermanos, siempre juntos, siempre dos, en lo bueno y en lo malo. ¿Y las personas que no tienen hermanos? Son mitades. Seres mutilados. Lógicamente, todos los mutilados anhelan alcanzar la condición de enteros. Las personas corrientes, sin par, buscan su alma gemela, atormentadas por estar incompletas, por no tener nada que les ate al mundo.
Detrás de ti empecé a andar, siempre por el camino que me ibas dejando, eras mi ejemplo a seguir aunque solo tenías 10 años porque yo te sentía mayor. Siempre quería estar contigo y que jugaras conmigo. Aprendí a leer para poder cantar mientras tú tocabas la guitarra, aprendí a nadar para seguirte allá donde fueras, aprendí a contar para que jugaras conmigo al parchís, la hora para saber cuánto faltaba para que empezaran nuestros dibus y la tabla porque tú me ayudaste cuando no era capaz de recordarla. Pero también aprendí de ti, mi hermano mayor, me enseñaste a ver más allá de las cosas, ¡y a frenar en la bici!, a construir sueños y cabañas, explorar la tierra y la luna, Narnia ya existía para nosotros antes de que saliera la película, a hacer trampas en los juegos, yo los indios y tú los vaqueros, tú Mario y yo Luigi, donde los demás veían un enchufe nosotros un canal de comunicación secreto, asaltábamos la cama de mamá y papá cada domingo y no fallábamos nunca a Los Simpson.  
El pilar de nuestra relación siempre fueron las peleas, ¿qué tipo de relación tienen unos hermanos que nunca se pelean? El mando de la tele, las patatas fritas, si poníamos Toy Story o La Bella Durmiente, el turno de recoger la mesa, o simplemente jugar a las peleas porque sí, por amor a la lucha libre, rompernos los dientes y seguir sonriendo.
Pero lo que más me alegra es que puedo seguir aprendiendo de ti, a no tener miedo, a luchar por lo que quiero, a ser independiente, a abrir mi mente a otros horizontes y ver el mundo. Sé que puedo seguir contando contigo, porque ahora estás lejos sí, pero el espacio físico está subordinado al psicológico, y yo sé que, como si la vida fuera una pista de hielo, si te cojo la mano nada malo puede pasarme.
En el otro hemisferio de este punto azul en el universo que es nuestro planeta unos ojos abiertos durante el día, no te ven, pero por la noche, aunque se cierren, gozan de la tranquilidad de estar contigo. Separados. Dos seres mutilados, pero a los que no les faltaba un miembro, sino mitad del alma.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Vive tu vida cómo solo tú sabes:


Sal con el sol o con la luna, mantén los ojos cerrados o tenlos bien abiertos, susúrrame al oído o grita para que todos puedan oírte, promete o sorprende, vive rápido o lentamente, ten miedo o atrévete,  hazte esperar o adelántate, miente o sincérate, sé como la sal cuando pica en los labios o más dulce que el azúcar, lucha o ríndete, haz sonreír solo con tu presencia o haz llorar con tu falta, no te arrepientas de nada o asume tus errores, sé fuerte o deja que otros lo sean por ti, ladra o muerde, protagoniza tu propia historia o haz el papel secundario, encapríchate o desiste, abre tu corazón o  mantenlo bien protegido, huye o quédate, habla claro o muéstrate irónico, di lo que quieras decir o lo que yo quiero oír, juega o pasa, entra en guerra o firma la paz, sé escéptico o creyente, frágil o duro, quiere o hazte querer, ahorra o invierte, enseña o aprende, despístate o presta atención, cambia el mundo o constrúyete uno propio, llena tu mente o déjala en blanco, sé bueno o no...

Elige cómo vas a vivir o haz lo que surja, cuéntamelo o guárdatelo para ti, pero disfruta lo que hagas, disfrútalo tanto que puedas decir en cualquier momento que si fuera el último habría merecido la pena. Porque si estás leyendo esto significa que estás vivo, felicidades, la vida es una casualidad, una oportunidad, un principio o un final, es lo que tú quieras que sea. Si eso no es suficiente razón para ser feliz no sé qué puede serlo.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Las mejores, las de verdad, las mías!



Todos buscamos una isla perdida en la que descansar, en este inmenso océano que es la vida. Somos tan distintos y tan iguales… almas intentando huir de los problemas, pero intentar huir es inútil. Todos tenemos algún problema y no puede uno librarse de ellos, por más que se intente, no es posible. El problema existe siempre. Como aquello que nos enseñaban en el cole de la energía, sí, a mi me recuerda a la energía “ni se crea ni se destruye, sólo se transforma”. Así son los problemas. A veces al darnos cuenta de que los problemas no nos van a abandonar, decimos que ya no nos importan. Pero mentimos. Porque en realidad nos importan, nos afectan, nos hacen sufrir; de hecho deben importarnos  si es que estamos vivos.
Hay ocasiones en que nosotros mismos creamos nuestros problemas, un paso en falso y podemos vernos envueltos en una maraña de circunstancias de la que resulta muy complicado deshacerse.
Otras veces nacemos con nuestro problema, es algo que no podemos remediar y de lo que probablemente no tengamos la culpa. Pero el problema está ahí y no se va a marchar.
Pero a pesar de todos los problemas que puedan existir en el mundo mundial, también puedes tener la suerte (como en mi caso) de tener las mejores amigas del mundo, sí, esto se dice mucho y ya casi ha perdido todo su significado, pero puedo asegurar que mis cuatro no las cambio por nada. Son las mejores. Gracias por ser mi isla perdida



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Yo le quería explicar que la vida solo es una vez
... 

martes, 18 de octubre de 2011

Welcome to your sweet home.


Recorro las calles, como cada día, adoquines mojados los días lluviosos. Mojados casi siempre. Ciudad con olor a lluvia, a mar y a pasteles de Gascón. Suena Sabina todos los días en la calle Real, un soñador que cada día tiene los dedos un poco más desgastados y las arrugas un poco más pronunciadas; pero nunca falta a su cita con los transeúntes, aunque solo recibe monedas de las que no brillan, desgastadas, como sus dedos. Sin embargo él siempre regalando música, regalando sonrisas.
Sigo caminando, escaparates bonitos. Vestidos en unos, libros en otros, muebles antiguos, juguetes, zapatos… pero llaman la atención los otros muchos en los que solo cuelga un cartel de “se vende”. Ferrol ya no es lo que era, antes tenía uno de los astilleros más importantes a nivel nacional, venía gente de fuera porque se generaba trabajo. Ahora los de aquí tienen que marcharse para poder encontrar uno. Es una ciudad pequeña y triste, pero yo creo que eso la hace muy especial.
Continúo mi paseo, niños de pantalón corto y falda plisada juegan alrededor de la estatua del Marqués de Amboage, madres que hablan en las terrazas entre cafés y cigarrillos. Le compro a Marina una herradura de chocolate, aún está caliente. Llego a los floreados jardines de capitanía, parejas paseando de la mano entre los bancos blancos. Las calles me llevan hacia abajo, me dejo llevar; olor a mar. Casas viejas de colores, las he visto tantas veces… de pequeña siempre he soñado con que era arquitecta y las restauraba todas, pero puede que entonces ya no fueran las mismas casas ni tuvieran el mismo encanto.
Ya veo el mar entre las casas. Palmeras, gaviotas, barcos. El viento sopla más fuerte en el puerto, pero no es desagradable. Veleros, barquichuelas, yates, lanchas… y siempre hay algún buque o algún crucero que atraca en Ferrol.
Pero sin ninguna duda, lo mejor de Ferrol han sido siempre, son y serán sus playas. Decir que son unas de las mejores playas del mundo no es exagerar; en verano los turistas vienen a ver el Atlántico, pero los surfistas las visitan todo el año.
Ésta es mi ciudad, a grandes rasgos… con su teatro Jofre, con su catedral de San Julián, con su plaza del pescado, con su Cantón de Molins, con su arroz con leche y su tarta de castañas; su estatua caída, su Torrente Ballester, su casa del Patín, sus bocadillos del Canario, su plaza de Ultramar, sus pavos reales, su pequeña Puerta del Sol, su tableta de chocolate y su Racing de Ferrol.

La ciudad que me ha visto crecer y puede que algún día me vea marchar, pero si algo está claro es que siempre será mi hogar, aquí, al lado del mar.

martes, 11 de octubre de 2011

Que te quieran más que a nadie.




                               
Todos nosotros llevamos dentro la esperanza,                                           

todos nosotros llevamos dentro el miedo

todos nosotros llevamos dentro la aventura

todos nosotros llevamos dentro lo que hemos visto

todos nosotros llevamos dentro lo que hemos hecho

todos nosotros llevamos dentro lo que hemos amado


Pero dentro, muy dentro, de todos nosotros escondemos un

MONSTRUO.




miércoles, 31 de agosto de 2011

Madurez forzosa


Agosto se acabó. Tengo diecisiete años. Se preguntará usted la relación entre estos dos hechos… ¿que ya no hay más verano para ir de fiesta? No. Que empieza mi madurez forzosa. Sí, forzosa. Este año es decisivo para los de mi edad, o espabilas o pierdes el tren.
Pero somos niños. Se nos caen encima los tacones, las corbatas, las llaves del coche, los billetes de cincuenta, los partidos políticos, las obligaciones, las responsabilidades. Decidir mi vida ya, si quiero pasarme el resto de mi vida trabajando como profesora, arquitecta, dependienta, músico, periodista, camarera, bibliotecaria, oficinista, farmacéutica… Total, para acabar en el paro. Es verdad que tenemos ilusiones y que queremos comernos el mundo, pero no sabemos por dónde empezar. Al menos una servidora.
Estamos asustados por lo que se nos viene encima, empezamos a darnos cuenta de eso de “¡cómo pasa el tiempo!”, aún recuerdo cuando aprendí a sumar llevando, que lío al principio. Es entonces cuando, en un absurdo intento de frenar el tiempo, nos comportamos como niños y montamos una pataleta porque agosto se acaba.
Pero debemos aprender a comportarnos como adultos, de hoy no puede pasar, crecer de repente y tomar las decisiones oportunas, ya tendremos tiempo de lamentarnos por haber elegido mal. De modo que si un día ve a una mujer hecha y derecha, responsable y políticamente correcta con paso firme de tacones por la acera, no se olvide de que cuando tiene pesadillas ella también va corriendo a meterse en la cama de mamá.